José María Eguren es el autor de la poesía más pura e inocente que se haya creado en nuestro país.

La poesía pura y el arte por el arte

Eguren es un poeta de extraños relieves: Su poesía está desligada de la realidad... Eguren representó en el Perú al poeta que supo superar los límites nacionales y los marcos modernistas en que se encasillaba la labor poética de entonces. Impone en toda América su natural estilo simbolista y recusa el temperamento retumbante rubendariano y chocanesco. Es, por eso, un renovador que atrajo la atención de todos los escritores y críticos de la época.

Mariátegui dijo que él que "representa en nuestra historia literaria a la poesía pura" (...), se distingue de la mayor parte de la poesía peruana en que no pretende ser historia, ni filosofía, ni apologética sino exclusiva y solamente poesía".

Esta poesía, pues no tiene "máculas ideológicas, morales, religiosas o costumbristas e ignora lo erótico y lo civil", En virtud de este hecho, Eguren se presenta como el único poeta "puro" de la Literatura peruana.

Por eso, podemos afirmar que su Simbolismo trasunta una fuerte dosis de individualidad, originalidad, sugerencia, misterio, subjetivismo, plasticidad, musicalidad sugerente y colorido voluntarioso, aunada a una evasión hacia un mundo fantástico consecuentemente con el principio básico del "arte por el arte".

La virginal poesía de Eguren recorre y retrata mundos extraños y pretéricos que rescata de entre las sombras. Su mundo es un inusitado teatro con vistosas figuras que nada tiene en común con lo vernáculo y es producto de sus ensueños: vislumbra paisajes hermosos, castillos almenados, bufones de la edad media, el ambiente gótico y héroes de cuentos de hadas: Duendes, silfos, endriagos. Su poesía tiene la incoherencia del sueño y la pesadilla: Para lograrlo se apoyo en la Sugerencia, las Correspondencias, las Sinestesias, los Colores tamizados, los Matices imprecisos y los Ambientes de niebla y nocturnidad.

"Su simbolismo dice Mariátegui viene ante todo, de sus impresiones de niño La Poesía de Eguren es la prolongación de su infancia. No depende de influencias ni de sugestiones literarias" (Aunque otros creen ver su poesía el influjo de los simbolistas franceses).

Su poema La niña de la lámpara azul, de su libro La canción de las figuras (1916) presenta a una tierna y hermosa niña como símbolo de la poesía, portando una lámpara azul, que es el color del espíritu en el simbolismo, para guiar al poeta en los misterios arcanos del arte de la palabra. El mundo de la poesía que enuncia Eguren es misterioso, mágico, encantador, elegante, puro, el acceso a él se tiene que dar por inspiración, en una conexión motivada por la sensibilidad del poeta para dedicarse a la creación.

La niña: En el poema la poesía está personificada en una niña, que inspira al poeta y lo lleva a tierras de misterio como "la playa de la maravilla", le sugiere la fascinación de oriente por la mención de Estambul y le guía a través de la noche, periodo de entrada en el misterio poético. Esta niña tiene la belleza de tipo occidental, recurrente en la obra de Eguren, de inspiración nórdica. Así estas beldades son como las hadas, muy delicadas y gráciles. El poema rinde homenaje al misterio y encanto de la poesía.

La lámpara azul que porta la niña hace que su perfil presente destellos, lo que son efluvios o emanaciones del brillo del arte, de la dimensión de misterio y de la inspiración humana en busca de la belleza. Hay que entender que el retrato de la poesía como niña no es infantilismo, es una suerte de gratitud a la poesía que fue la única compañera de infancia de Eguren, cuando él era un niño de salud quebradiza y tenía que vivir en la hacienda familiar fuera de Lima, leyendo la mayor parte del día.

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