La fantasía para Eguren, tiene principio sensorial, porque es a través de los sentidos que entendemos las interpretaciones de la naturaleza que nos pueden presentar otros seres vivos. Para el poeta, la fantasía de los insectos con ojos varias de facetas es muy intensa. El arte se nutre de la fantasía que es capaz de generar arquetipos ignotos que se sumarán a los ya conocidos para ampliar el corpus del arte canónico, consagrado y celebrado por todos. El arte es mímesis pero también existe el arte puro del hombre que no se encuentra en la naturaleza.
"Panel en homenaje a José María Eguren, en el distrito de Barranco, Lima, Perú."
La fantasía en el arte busca la armonía, pues todo lo que se considera arte, mantiene en balance sus elementos, hasta ‘una armonía de fealdades hace belleza’ de cautivante atracción y poder. El placer se halla en la espontaneidad de la invención, rasgo que provee la diferencia a las composiciones y manifestaciones del arte. La fantasía tiene la virtud de retroalimentarse de ella misma, para ilustrar ello está el ejemplo de la sensasión de olor de flores, que pronto en nuestra mente adquirirán forma, dimensión y colores, pasando de solo olfato a sinestesia.
Casa donde vivió el poeta José María Eguren en la calle Colón, del distrito de Barranco, Lima, Perú
Conclusión
La mente es una guía para la fantasía porque está al tanto de los sentidos y de la búsqueda de armonía necesaria para crear la obra de arte. El artista debe adquirir conciencia sobre los atributos de la fantasía como libertad para expresar el arte puro del hombre, receptividad para el misterio, aptitud para retroalimentarse del arte y ella misma.
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